Playa de l’esparrelló

Al sur de la Vila Joiosa, junto al hotel Montiboli se encuentra la entrada a la playa de L'Esparrelló, un discreto rincón naturista. Nada más bajar las escaleras veremos unas grandes rocas donde podemos equiparnos de aletas, gafas y tubo y acceder al agua.

Enseguida contemplaremos un fondo muy limpio donde destacan las lenguas de piedra pulida, como grandes cantos rodados modelados por la acción milenaria del agua.
Al principio iremos algo separados de la costa, que quedará a nuestra izquierda, donde la roca pasa a ser más rugosa y cubierta de algas y pequeñas anémonas. Irán apareciendo matas de posidonia oceánica rodeadas de roca o de blancos arenales, y siempre frecuentadas por grupos de salpas que contrastan su librea dorada con el intenso verde de estas plantas. Merece la pena fijarse entre ella pues con suerte podemos delatar algún pez aguja, ese que parece una alargada hoja de posidonia y que, dejándose balancear, está a la espera de cazar minúsculas larvas de crustáceos.

El arenal, cuando se presenta, es blanquísimo y transmite serenidad, como el resto de este paisaje sorprendente. Pasaremos ante una mordida en la pared acantilada y luego, más adelante por otra, donde incluso se puede entrar a pie. Aquí podemos invertir el rumbo pues si seguimos adelante llegaremos a la playa del Bol Nou.

Al regresar se recomienda ir más pegados a la pared, que ahora quedará a nuestra derecha, y donde domina el sustrato duro, con innumerables agujeros y oquedades que sirven de casa a multitud de pequeños peces como serranos y gobios. Durante el recorrido podemos ver de casi todo, como alguna dorada o sargos que se acerquen para cazar.

Un recorrido muy interesante que, como siempre, procuraremos hacer acompañados y bien cubierto de protector solar.

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