El gobierno local estudia endurecer las sanciones por este tipo de actos vandálicos contra los Bienes de Relevancia Local
El Ayuntamiento de Villajoyosa ha procedido a la limpieza de los grafitis vandálicos del Pont de Sant Argil, un elemento arquitectónico protegido en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Villajoyosa como Bien de Relevancia Local.
Este puente sufrió recientemente un acto vandálico en el que se realizaron una serie de pintadas con espray de colores en sus fachadas, sur y norte; en el interior de uno de sus arcos; así como en el lado interior del murete que flanquea la calzada.
La concejal de Patrimonio Histórico, Rosa Llorca, explicó que “la limpieza de estas pinturas ha sido realizada por una empresa especializada y se ha conseguido quitar estos grafitis que se habían realizado en uno de los elementos arquitectónicos más destacados que tenemos en Villajoyosa”.
El procedimiento realizado por la mercantil Lacados y Arenados Galbañ, S.L.U. ha consistido en la proyección de agua a alta presión a 80 grados y vapor a 180 grados sobre los muros de mampostería (piedras calizas irregulares), utilizando para ello una innovadora maquinaria con tecnología de última generación, que ha permitido eliminar los grafitis sin dañar en modo alguno la estructura de los paramentos del puente.
La edil del área incidió que “dañar bienes muebles o inmuebles de titularidad local conlleva una sanción, que está recogida en la ordenanza de Convivencia Ciudadana, y vamos a perseguir este tipo de actos vandálicos. En este caso, además, es un Bien de Relevancia Local (BLR)”.
La actual ordenanza municipal contempla sanciones desde los 100 a 600 euros por “dañar o deslucir bienes muebles o inmuebles de titularidad local” con grafitis, pintadas, etc. Con todo, el gobierno local estudia modificar la ordenanza municipal para poder aplicar sanciones de mayor cuantía en el caso de que se trate, además, de un Bien de Relevancia Local.
El Pont de Sant Argil
El Pont de Sant Argil salva el río de Villajoyosa en uno de sus puntos más estrechos, cerca de un núcleo de población rural que ya fue importante en época romana (la gran villa señorial de Torre-la Cruz). El poblamiento en la zona se reactivó en el siglo XVIII, tras el fin de la piratería berberisca, fecha en la que se debió construir el actual puente, con reformas del siglo XIX tras sufrir avenidas de agua.
El nombre actual del puente es una deformación de Salt d’En Gil, o (en castellano, ‘salto –de agua- de Don Gil’), que ya aparece en documentos del siglo XV. Es frecuente en la toponimia que, cuando se pierde la memoria del origen de un nombre, la cultura popular lo santifique, como en este caso, que ha creado un San Argil inexistente.
Es probable que ya en época romana hubiese un vado o puente en este punto, para cruzar el río desde el cercano cruce de caminos de la Creu de Pedra, en el Camí del Peix, que se dirige a los valles de Alcoy desde época fenicia, hace 2700 años.